Test Ride: Ninebot ZT3 PRO

El Ninebot ZT3 PRO llega a Monoblog para ser puesto a prueba. Se trata de un modelo imponente en dimensiones y especificaciones, que a simple vista promete mucho. Con un diseño robusto, un motor potente y detalles de calidad, nos propusimos explorar todo lo que ofrece en una prueba completa para ver cómo se comporta en la calle.
Arranquemos el TEST RIDE y exploremos todas las funciones que tiene para ofrecer:
Aceleración, motor y frenado
El ZT3 PRO cuenta con un motor trasero de 650W con picos de hasta 1600W en el modo Boost. La aceleración desde partida detenida es muy buena, logrando alcanzar los 25 km/h en apenas 2,8 segundos y llegando a su velocidad máxima de 40 km/h en menos de 40 metros. La reacción del motor está muy bien gestionada, sobre todo cuando activamos el modo Boost, que se habilita presionando un freno y el acelerador a fondo durante tres segundos estando parados en modo Parking. Esta función se activa solamente para la siguiente acelerada y se nota claramente el cambio de potencia respecto al modo Sport.
Si bien la potencia está, el tamaño del monopatín no acompaña del todo las sensaciones de agilidad. Es grande, pesado y alto, lo que nos da estabilidad pero le quita rapidez en maniobras. De hecho, a primera vista podría parecer un modelo capaz de superar los 50 o 60 km/h por sus dimensiones.
La mayoría de las veces vamos a circular en el modo Sport, que llega a los 40 km/h de velocidad máxima, el modo ECO (15 km/h) y D (25 km/h) particularmente lo usamos muy poco, nos parece lento andar a 25 km/h en un modelo tan grande en dimensiones.
El acelerador tiene una configuración especial que nos permite controlarlo de dos formas. Se puede acelerar con el pulgar como en muchos monopatines eléctricos o girando la empuñadura como en una moto. Si bien es un detalle interesante y se agradece que el fabricante piense en el usuario, preferimos el clásico acelerador de dedo índice por sensibilidad y para mantener mejor el agarre en viajes largos.
El ZT3 PRO viene equipado con discos de 120 mm y calipers que tienen la particularidad de ejercer presión desde ambos lados, una tecnología que en teoría mejora la eficiencia del frenado. Sin embargo, en la práctica, nos encontramos con un rendimiento bastante limitado. La potencia de frenado es baja, lo que obliga al rider a adaptarse y anticipar más las maniobras. Además, en condiciones de piso mojado o superficies irregulares, la cubierta trasera tiende a perder adherencia fácilmente, lo que afecta la seguridad general del frenado. En los test que realizamos siempre, demoramos más de 7m en frenar desde 40 km/h a 0.
Comportamiento y Batería
El peso del monopatín es de 29,7 kg y está construido sobre un chasis tubular pintado en rojo que combina muy bien con los plásticos de buena calidad que cubren el cuerpo del modelo. Las dimensiones son de 1245 x 638 x 1340 mm plegado y 1245 x 638 x 645 mm desplegado. Es un monopatín que a simple vista se siente grande y también al manejarlo. Un modelo apto para pocos ascensores y que prácticamente anula la posibilidad de cargarlo por escaleras.
La tabla tiene una superficie de goma de buena calidad, con 47 cm de largo y 22 cm de ancho, con un despeje del suelo de 15 cm. Hubiéramos preferido que la tabla sea un poco más grande porque nos cuesta encontrar una posición ideal al andar y el alerón más allá de ser grande y con buena inclinación no es tan cómodo cuando tenemos que hacer muchos kilómetros y al ser un modelo que anda lento, no lo vamos a usar inclinado y con un pie atrás en ‘modo pistero’. Ese aleron nos deja levantar el monopatín, tiene una tapa que no debe pisarse y que sirve como soporte para accesorios portaequipajes que vende la marca. Como suele pasar con Ninebot, en Argentina es complicado conseguir estos accesorios.
La resistencia al agua es IPX5, adecuada para soportar salpicaduras y alguna lluvia ligera pero no para sumergirlo(en MONOBLOG no recomendamos andar en monopatín con lluvia), además este modelo más allá de tener protecciones el tamaño y las cubiertas hace muy difícil maniobrarlo. El sistema de plegado es bueno, sencillo y sin holguras tras varios kilómetros de uso, aunque el tamaño y peso al estar plegado complican guardarlo en un baúl, más teniendo en cuenta que el manillar no se pliega.
Al ser tan alto, el mástil complica un poco las maniobras rápidas como giros cerrados o levantar el monopatín haciendo un ‘WHEELIE’ para esquivar un bache. Si vamos derecho por una calle en buen estado es un producto que lo sentimos estable, el problema se inicia cuando queremos hacer maniobras rápidas o doblar de golpe. El centro de gravedad alto, el mástil alto y las suspensiones que vuelven muy rápido hacen que se ponga inestable. Si estamos parados y queremos mover el monopatín, el angulo de giro es bastante limitado. Da la sensación de estar pensado para usuarios de más de 1,80 metros de altura.
La amortiguación delantera es de tipo horquilla con resortes. Tiene mucho recorrido pero la respuesta es algo rápida cuando pasamos un bache, lo que se siente en las manos. Atrás la suspensión es más simple y más dura. Aunque el ZT3 PRO se presenta como un modelo algo off road, en la práctica sigue siendo un monopatín urbano. Las ruedas de 11 pulgadas tubeless con tacos híbridos reducen algo las vibraciones pero el ripio no es recomendable, ya que puede acortar la vida útil de la batería y afectar la adherencia. A velocidad máxima notamos un leve zumbido en el rodado, sobre todo en ciertas calles pavimentadas.
La batería es de 12,5A y viene acompañada por un cargador rápido de 4A que permite una carga completa en 4 horas, lo cual es muy bueno considerando que muchos modelos tardan el doble. Además, cuenta con una opción de carga rápida que permite recorrer entre 5 y 10 kilómetros con solo media hora de carga. El puerto de carga está ubicado en el frente de la tabla y tiene un cobertor de goma de excelente calidad y calce.
En nuestras pruebas circulando en modo Sport con dos o tres aceleradas en Boost obtuvimos una autonomía de 28 km. La tecnología SegRange incluida en el modelo no ofrece una diferencia notable respecto a otros monopatines que ya hemos probado.
Manillar, Display y luces
El manillar mide 64 cm de ancho y tiene buena calidad en los puños, plasticos embellecedores, el acelerador y las botoneras de las luces, que también sirven para encender el monopatín y activar el control crucero.
El display central LCD tiene buena información y se ve bien al circular. Muestra en grande la velocidad actual y tiene indicadores para guiños, control crucero, luces, modo de velocidad y porcentaje de batería.
La iluminación está bien resuelta con un faro delantero de 4,1W de potencia, con muy buen alcance aunque no permite regular la altura. La luz diurna en forma de X es un detalle que llama mucho la atención sobre todo de noche. Atrás encontramos una luz LED roja de correcta iluminación y los guiños están ubicados en los extremos del manillar, con muy buena calidad de fabricación y visibilidad.
En conectividad el ZT3 PRO se destaca. Tiene app Segway para cambiar configuraciones o ver información del monopatín en tiempo real desde el celular. Incluye Segway AirLock, que permite bloquear o desbloquear el monopatín simplemente acercándose con el celular mediante Bluetooth. También es compatible con FindMy de Apple, lo que permite ubicar el monopatín desde un dispositivo Apple en caso de extravío. Además es posible personalizar varias funciones como controlar las luces, los modos de conducción, establecer límites de velocidad, activar o desactivar el control de tracción, regular la recuperación energética de la frenada y asignar una función específica al botón de acción del manillar, en nuestro caso encender o apagar las luces de emergencia.
Conclusión
El Ninebot ZT3 PRO nos deja sensaciones encontradas. Por un lado, tiene todo el respaldo y desarrollo de una marca como Ninebot, con un diseño cuidado, detalles bien pensados y tecnología que se nota en cada parte del monopatín. Pero por otro, aparecen decisiones de producto que nos generan dudas.
La altura del mástil y la posición de manejo no son cómodas para todos los usuarios. La suspensión delantera, si bien es llamativa y de buen recorrido, rebota demasiado en ciertos terrenos, lo que compromete la estabilidad. Además, hablamos de un modelo grande, pesado (casi 30 kg) y con estructura poco portable, algo que sin dudas hay que considerar si pensás moverlo seguido o guardarlo en espacios reducidos.
Otro punto importante es que Ninebot propone este modelo como una opción con perfil off-road, pero la potencia no está a la altura de esa promesa. Un solo motor trasero, sin doble tracción, puede quedarse corto en situaciones exigentes, sobre todo si pensamos en terrenos más técnicos o con pendientes marcadas.
El freno también es un tema a tener en cuenta: las distancias de frenado son largas y en condiciones húmedas o con pastillas gastadas pueden aumentar aún más. Para un vehículo de este peso y velocidad, es un punto sensible.
Y finalmente, no podemos dejar de mencionar el precio elevado en el mercado argentino, sumado a la dificultad para conseguir repuestos. Algo clave si vas a usarlo como medio de transporte frecuente.
Nos hubiera gustado ver un modelo con un poco menos de peso, dimensiones más contenidas y un mejor sistema de frenado. Aun así, para quienes valoren el diseño, la conectividad y la calidad general de construcción, el ZT3 PRO puede ser una opción interesante… siempre y cuando sepan qué esperar de él.
En la semana tendremos más novedades sobre nuevas pruebas que realizaremos!!





